Durante el pasado mes de julio no estuve atento a la posibilidad de ‘Cruzar el Rubicón’. De manera fortuita volvió a surgir una nueva oportunidad en las postrimerías del año. Una ‘tormenta perfecta’ desató las bondades sonoras de un trabajo que me conquistó desde la primera escucha y me transportó a aquellos maravillosos 80’s, donde abundaban las producciones de discos de este estilo.
La inspiración para el nombre del grupo Crossing Rubicon, llega de las aguas del río italiano Rubicón que fue cruzado por Julio César. Hacerlo se convertía en una ilegalidad puesto que pasaba a ser un enemigo de la República y daba pie al comienzo de una guerra civil. La expresión «Cruzar el Rubicón» toma el significado del acto de lanzarse irrevocablemente a una empresa de consecuencias arriesgadas.
La alianza de John Bisaha y Cenk Eroglu empezó a forjarse de la mano del incombustible Serafino Perugino y avalado por su todo poderoso Frontiers Records. Bisaha, ex-cantante de los míticos The Babys donde militó otra de las voces excelsas del género, John Waite y que actualmente forma parte de Nova Rex. Le acompaña Cenk Eroglu, guitarrista turco que ha colaborado con Kip Winger en solitario y también con la banda del veterano bajista norteamericano como teclista en varios trabajos. Junto a ellos, el vástago de Eroglu, Efe Eroglu, se hace cargo de las guitarras y los teclados mientras que Reis Ali toma el mando de las baquetas. La presentación en sociedad del nuevo proyecto del sello italiano cuenta con ilustres colaboradores como Reach Beach (Winger, ex-Dokken, Whitesnake…), Pat Mastelotto (King Crimson y ex-Mr. Mister) y Ray Coburn de Honeymoon Suite.
La ópera prima de Crossing Rubicon se abre paso con el tema que da título genérico al álbum «Perfect Storm» y desde el principio podemos intuir que estamos ante una obra soberbia repleta de guitarras embriagadoras, cuidadas melodías junto a la voz de John Bisaha que inyecta un torrente de color con cada una de sus interpretaciones.
Vibrante y adictiva surge de las profundidades del Rubicón «Reason To Die» para dejarnos muy claro que no estamos ante un espejismo con la escucha previa. La pieza es un auténtico ejercicio de buen gusto y calidad.
La tercera pista, «Scar», puede recordar por su ambientación a Winger e incluso a alguna de las entregas en solitario del propio Kip Winger. No esperes que la canción te deje cicatrices, más bien recibiras huellas de las mejores virtudes del rock melódico.

‘Too Late» posee un desarrollo musical delicioso. John Bisaha demuestra unas habilidades magistrales para interpretar composiciones de este tipo. Su voz elegante te arropa desde los primeros acordes y la guitarra del turco crea un ambiente totalmente atractivo y sugerente.
«On The Run» es ese tipo de canción que suena bien y te levanta el ánimo desde la primera escucha. La introducción te lleva a sentir la magia del directo con esa adrenalina que destila la música en vivo.
Tanto en «100 Thousand Years» como en «Never Again» podemos disfrutar de las diferentes texturas vocales del señor Bisaha. Toda una demostración de como imprimir a las canciones una calidez y elegancia premium.
La hard rockera y vitalista «Cry Me A River» mantiene en lo más alto la apuesta musical del grupo que no ha decaído lo más mínimo durante toda la escucha del álbum.
Otra de las composiciones más pausadas del disco es «Crash & Burn» que John interpreta junto a Holly Bisaha de forma cristalina y que cuenta con arreglos compositivos de matrícula de honor. De nuevo, el dúo Bisaha/Eroglu brilla con luz propia.
Nos acercamos a los últimos alientos de esta maravilla sonora donde nos espera «Get Away» y, una vez más, la voz de Bisaha nos deleita los oídos y Mr. Eroglu nos emociona con una mezcla de elegancia, pasión y delicadeza en su manera de intrerpetar las canciones.
Después de casi una hora que, por cierto, se ha pasado volando, llega la composición que cierra este manjar musical «Time (Without You)» con desarrollos y toques entre progresivos y electrónicos donde el tramo final se convierte en una orgía sonora.
Mientras podamos disfrutar de discos y producciones como la de este «Perfect Storm», todos los amantes del Rock Melódico y los sonidos que nos transportan a los añorados años ochenta, tendremos más de una razón para seguir creyendo en la fuerza y la energía de la adolescencia a través de los oídos sibaritas de un viejo rockero.
«La suerte está echada»… Ojalá tengamos una nueva posibilidad de «Cruzar el Rubicón».
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